«Yo quería leer a Gombrowicz en polaco» (Don DeLillo)
Publicado: julio 9, 2016 Archivado en: Don DeLillo, Fragmentos, Libros, Literatura, Witold Gombrowicz | Tags: Don DeLillo, Fragmentos, libros, Literatura, Witold Gombrowicz Deja un comentario«Yo quería leer a Gombrowicz en polaco. No sabía ni una palabra de polaco. Solamente conocía el nombre del escritor y no paraba de repetirlo, en voz baja y también en alta. Witold Gombrowicz. Quería leerlo en su idioma original. Un día estábamos cenando Madeleine y yo, comiendo alguna clase de estofado turbio en cuencos de cereales. Yo tenía catorce o quince años y no paraba de repetir el nombre con voz suave, Gombrowicz, Witold Gombrowicz. Lo veía deletreado en mi mente y lo decía, nombre de pila y apellido –cómo no amarlo–, hasta que mi madre levantó la vista de su cuenco y me dirigió un susurro de acero: Basta.»
Don DeLillo, Cero K, Buenos Aires, Seix Barral, 2016, p. 122.
Cosmópolis: fallido intento de llevar la novela al cine
Publicado: noviembre 15, 2012 Archivado en: Cine, Cosmópolis, David Cronenberg, Don DeLillo, Libros, Literatura | Tags: cine, Cosmópolis, David Cronenberg, Don DeLillo, libros, Literatura Deja un comentarioAcerca de la nueva película de David Cronenberg

Cuéntate un cuento, DeLillo…
Publicado: septiembre 2, 2012 Archivado en: Actualidad, Don DeLillo, Libros, Literatura, Reportajes | Tags: Don DeLillo, Literatura Deja un comentario—Cuando escribo me gusta sentirme arrastrado por algo que tiene una existencia tridimensional. Cuando escribo cuentos, no me gusta hacerlo en clave de ensayo. Si tuviera que escribir acerca de esta conversación hablaría de cómo es la habitación, el escritorio. Es importante que los lectores puedan visualizar el espacio, no basta con que oigan lo que dicen dos individuos. Cuando empiezo un cuento no sé adónde me van a llevar las frases. No tengo en mente ningún tema ni sigo ningún plan. En casi todos los cuentos de El ángel Esmeralda hay dos individuos en conflicto. Esto no es algo que yo decida, sino que parece suceder a medida que voy escribiendo, hasta que llega un momento en que, de manera bastante repentina, descubro que el cuento ha terminado. Mis cuentos no se acaban, se interrumpen. La diferencia es importante.
Leídos de manera consecutiva, el primer y el último cuento de la colección dan una asombrosa sensación de unidad. Es como si Don DeLillo hubiera surgido como cuentista completamente formado desde el primer momento, como si después no hubiera habido jamás ninguna evolución, porque no era necesaria.
—En casi todos los cuentos se repite un esquema básico, un conflicto más o menos latente entre dos personajes. En ‘Creación’ hay un conflicto oculto entre un hombre y su mujer. Él quiere que ella salga de la isla tropical donde están de vacaciones y ella no se da cuenta de que sus intenciones son adúlteras. En ‘La mujer hambrienta’, la historia que cierra el libro, el conflicto adquiere una configuración diferente. Un hombre que va al cine varias veces al día durante décadas descubre un día a una mujer joven que hace lo mismo que él. En Manhattan hay mucha gente así, pero no suele ser joven. El protagonista carece de vida propia, vive a través de las películas que ve. El descubrimiento de que hay una mujer muy joven que hace exactamente lo mismo que él le lleva a seguirla por todas las salas de la ciudad. No sabe muy bien por qué actúa así. La mujer despierta en él un sentimiento que no ha sentido antes, y que no es exactamente erótico. Ella no se da cuenta en ningún momento de que la siguen hasta la escena final cuando él entra en el lavabo.
Don DeLillo comenta muy brevemente el siguiente grupo de cuentos. En ‘Baader Meinhof’ se da una variación del tema del encuentro fortuito entre un hombre y una mujer, esta vez en la sala de un museo, ante los ominosos cuadros de Richter. En ‘El acróbata de marfil’ se recrea el terremoto que padeció Atenas en 1981. “Entonces yo vivía allí. Ese es el origen del cuento”, afirma escuetamente.
En ‘Momentos humanos en la tercera guerra mundial’ (1983), dos astronautas contemplan el planeta tierra, que tienen que bombardear. De manera inexplicable, su sistema de sonido capta programas de radio emitidos en los años treinta y cuarenta. La prosa de DeLillo alcanza aquí momentos de gran belleza: “Olvida la profundidad de esta visión, el alcance de las cosas, la guerra misma, el terror de la muerte. Olvídate del arco de la noche, de los puntos de las estrellas, estáticos como puntos matemáticos. Olvida la soledad del cosmos, el asombro y el terror que surcan el cielo”. Le digo a Don DeLillo que me parece que su cuento tiene una gran belleza poética.
—Como ocurre tantas veces en lo que hago —responde—, mi escritura surge de una experiencia visual. En este caso la historia me la inspiraron unas fotos de la Tierra tomadas vía satélite. El lenguaje adquiere ahí una potencia muy particular, en los diálogos.
* Es Don DeLillo, entrevistado en El País, acerca de la aparición en español de su libro de cuentos El ángel Esmeralda.
David Cronenberg sobre ‘Cosmópolis”, basada en la novela de Don DeLillo
Publicado: mayo 26, 2012 Archivado en: Actualidad, Cine, David Cronenberg, Don DeLillo, Libros | Tags: cine, David Cronenberg, Don DeLillo, libros 2 comentariosLa trama se centra en este yupi millonario neoyorquino de 28 años, que decide recorrer la ciudad en su limusina para hacerse un corte de pelo, mientras Manhattan esta paralizada por la visita del presidente de Estados Unidos. El capitalismo está llegando a su fin, el caos se adueña de las calles y las amenazas se ciernen a su alrededor, mientras él asiste, impotente, al hundimiento de su imperio. Un descenso al infierno que lo cambiará para siempre.
[…]»No había leído el libro», admitió Cronenberg. «Fueron Paulo Branco y su hijo, Juan Paulo, quienes me sugirieron adaptarlo al cine. Conocía otras novelas de Don DeLillo, y también sabía de las grandes películas que Paulo había producido, así que pensé que valía la pena darle un vistazo. Esto es inusual para mí, ya que por lo general prefiero idear mis proyectos. Lo leí en dos días y les dije inmediatamente que contaran conmigo», explicó orgulloso de su entrega.
Croneneberg quería escribir él mismo el guión. “Sí, y lo hice en seis días, mi mejor récord. Lo que me motivó de este libro fueron precisamente sus increíbles diálogos, que aquí están transcritos intactos, palabra por palabra. La obra de DeLillo es famosa por éstos, pero los de Cosmopolis son especialmente brillantes, al igual que su estructura. El trabajo de Don muestra un excepcional poder expresivo”, explicó el cineasta, quien acotó: “Claro está que en la adaptación al cine se impregna esta fusión de sensibilidades: la del autor, en este caso DeLillo, y la mía. Es como hacer un niño, necesitas dos personas, y la película termina teniendo un poco de ambos ‘padres’”.
El libro fue escrito hace una década. Sin embargo, su contenido es muy actual. «Es sorpresivamente profético. Mientras filmábamos la película, se daban sucesos que estaban descritos allí. La polémica por Rupert Murdoch y luego todo el revuelo por las manifestaciones en Wall Street. Tuve que modificar muy pocas cosas para hacer que la película sea contemporánea», admitió.
En Cosmopolis hay un tema importante que el realizador no había abordado antes en su cine: el poder del dinero, la forma como éste modela el mundo. “No fue necesario realizar una gran investigación en el mundo de las finanzas. Sus agentes pueden encontrarse en cualquier parte, en televisión, en documentales, los periódicos… Nos bombardean. Ellos hacen y dicen lo que DeLillo escribió; sus patrones de comportamiento son como los de Eric Packer. Para mí, la referencia a Carlos Marx no es trivial. En el Manifiesto comunista Marx escribe acerca del modernismo, de los tiempos en los que el capitalismo habrá alcanzado tal nivel de expansión que la sociedad irá muy deprisa para la gente y donde lo impredecible reinará. ¡Lo escribió en 1848! Y eso es exactamente lo que puedes ver en esta película: el espectro del capitalismo. Suelo preguntarme qué pensaría Marx de ella, ya que muestra todas las cosas que él profetizó”, prosiguió.
Don DeLillo, la información, el misterio y la verdad
Publicado: mayo 13, 2012 Archivado en: Don DeLillo, Fragmentos, Libros, Literatura | Tags: Don DeLillo, larry mccaffery, Literatura, tom leclair Deja un comentario«Existe algo así como un desprecio por el significado. Se trata de escribir fuera de la armazón habitual. Se trata de obligar al lector a que se comprometa con algo que de antemano se sabe no aceptará. Es todo parte de lo mismo. Es que hay una especie de saturación informativa, de excesivo deslumbramiento por la comunicación masiva. Todo el mundo sabe todo. Surge un tema, y en cuestión de días o semanas se agota por completo, gastado por la publicidad y por los medios. Nada es demasiado misterioso como para lograr escapar a ese proceso, a ese tratamiento. Dificultarle las cosas al lector es menos un ataque contra el mismo lector que contra las características de la época, contra su mercantilismo del conocimiento fácil. El escritor es guiado por la convicción de que ciertas cosas son difíciles, que ciertas verdades no son de fácil acceso, que la vida todavía tiene misterio».
* Entrevistas a narradores norteamericanos de hoy, Edición preparada por Tom LeClair y Larry McCaffery, Bs. As., Grupo Editor Latinoamericano, 1986 (ed. original 1983), pp. 111-112.
Don DeLillo y el “misterio” de la escritura…
Publicado: mayo 6, 2012 Archivado en: Don DeLillo, Fragmentos, Literatura | Tags: Don DeLillo, Fragmentos, larry mccaffery, Literatura, tom leclair Deja un comentario«Hay determinados libros que vuelven una y otra vez al primer plano, y demuestran las posibilidades de la ficción. Pálido Fuego, Ulises, La Muerte de Virgilio, Bajo el Volcán, El Sonido y la Furia, por ejemplo. Tienen un poder y una audacia que va mucho más allá de los virtuosismos técnicos. Creo que corresponde llamarlos tratados sobre la vida, aun cuando varios de ellos están fuertemente teñidos de muerte. Pero no hay en ellos optimismo ni pesimismo, ni permiten que uno se dedique a lamentar la pérdida de valores ni alguna remota manera de escribir. Esos libros se abren a un misterio mucho mayor. No sé cómo llamarlo. Quizás es lo que Hermann Broch definiría como ‘la palabra más allá del discurso’.»
* Entrevistas a narradores norteamericanos de hoy, Edición preparada por Tom LeClair y Larry McCaffery, Bs. As., Grupo Editor Latinoamericano, 1986 (ed. original 1983), p. 109.
Don DeLillo, la literatura y el cine
Publicado: abril 5, 2012 Archivado en: Artículos varios, Cine, Don DeLillo, Literatura | Tags: Don DeLillo, jean luc godard, larry mccaffery, Literatura, tom leclair Deja un comentario¿Podría nombrar escritores con los que siente afinidad?
Don DeLillo: esta pregunta es como la gran pregunta del bar mitzvah. Probablemente, al menos en mis primeros trabajos, hayan influido más los films de Jean-Luc Godard que cualquier cosa que pude haber leído. En general, el cine ejerce una influencia bastante poco disimulada en mucha literatura actual, aunque creo que la atracción que ejerce está disminuyendo. El Cine: la imagen fuerte, las situaciones cortas y ambiguas, la intención onírica de muchas películas, la artificialidad, la arbitrariedad de algunos directores, el montaje y el trabajo de laboratorio. El poder de la imagen. Pensé mucho en esto cuando escribí Americana. Y ese poder tuvo otro efecto. La gente se pasaba la vida diciendo: ‘El cine puede hacer de todo’. Esto fue lo que fomentó la idea de la muerte de la novela. La potencia de la imagen fílmica parecía sepultar para siempre nuestro pequeño mundo impreso. Es cierto, el cine puede hacer de todo. Lo impreso también, pero en el límite de la página. El cine y la novela están íntimamente relacionados. Si la novela muere, el cine morirá con ella.
* Entrevistas a narradores norteamericanos de hoy, Edición preparada por Tom LeClair y Larry McCaffery, Bs. As., Grupo Editor Latinoamericano, 1986 (ed. original 1983), reportaje de septiembre de 1979, p. 109.
Don DeLillo y la subjetividad del escritor (o la escritura como “autoreconocimiento”)
Publicado: marzo 30, 2012 Archivado en: Don DeLillo, Fragmentos, Literatura | Tags: Don DeLillo, larry mccaffery, Literatura, tom leclair Deja un comentario«Para mí, la escritura es crear un lenguaje claro, bello y cautivante.
Trabajar las oraciones y los ritmos es probablemente lo más gratificante de la tarea del escritor. Creo que, al cabo de un cierto tiempo, un escritor comienza a reconocerse a través de su lenguaje. Ve cómo, a través de esas construcciones, aparece un reflejo de sí mismo, o se sus circunstancias. Año tras año, el escritor va adquiriendo la posibilidad de mejorar como ser humano, a través del lenguaje que utiliza. Así de profundo me parece el lenguaje; así de importante es la ficción. El escritor no sólo se ve reflejado en ella; sino que también va haciéndose en ella, va criticándose. Por supuesto, todo esto entra en el terreno de la más pura y misteriosa subjetividad».
* Entrevistas a narradores norteamericanos de hoy, Edición preparada por Tom LeClair y Larry McCaffery, Bs. As., Grupo Editor Latinoamericano, 1986 (ed. original 1983), entrevista realizada en septiembre de 1979, pp. 106 y 107.
Don DeLillo: “sobrio” escritor que “reconoce” sus personajes…
Publicado: marzo 25, 2012 Archivado en: Don DeLillo, Fragmentos | Tags: Don DeLillo, Fragmentos, larry mccaffery, tom leclair Deja un comentarioMis actitudes no están dirigidas de ninguna manera hacia los personajes. No siento simpatía por algunos, ni antipatía por otros. Tampoco los amo desmesuradamente ni me conformo con ninguno. Los personajes son los que tienen las actitudes, no yo.
Algunos [críticos] creyeron que Pammy y Lyle de Players [Jugadores], no me gustan. No es cierto. Creo que esos dos personajes son mucho más típicamente [norte]americanos de lo que a muchos les gustaría. Pammy es más humana. Al mismo tiempo, más vulnerable a la contingencia, y a la superficialidad de las ideas que pueblan su mundo. Puedo hablar de ellas así como lo hago ahora, pero no puedo decir que las ame o que las odie. Sí las reconozco.
* Entrevistas a narradores norteamericanos de hoy, Edición preparada por Tom LeClair y Larry McCaffery, Bs. As., Grupo Editor Latinoamericano, 1986 (ed. original 1983), p. 106, entrevista realizada en septiembre de 1979.
Don DeLillo y el 11-S: cuando la ficción supera (o «anticipa») a la realidad
Publicado: septiembre 13, 2011 Archivado en: Don DeLillo, Fragmentos, Libros, Literatura | Tags: Don DeLillo, Literatura Deja un comentario“Mira, da la impresión de que ese avión va a estrellarse” contra el World Trade Center [WTC], dice –anticipó- un personaje (son algunos yuppies borrachos en la terraza de un edificio) de la novela Jugadores [1977], de Don DeLillo, escritor norteamericano que primero fue impactado “por derecha” tras los atentados de septiembre de 2001 (escribió duros textos contra el Islam, los inmigrantes y a favor de que EEUU “responda”), y que luego matizó sus posiciones, al calor del fracaso “neoimperialista” norteamericano…
Una de sus últimas novelas –luego de Cosmópolis, entre otras- fue El hombre del salto, inspirada en una foto del 11-S.
Un par de páginas atrás dice otro: “Todos queremos que nos lo digas bien clarito. ¿Seguirá existiendo un piso donde negociar compras y ventas de activos en un futuro próximo? ¿O acaso ingresará todo eso en la bruma de la historia, damas y caballeros?”
Y aún antes, Pammy se pregunta: “Si los ascensores del WTC eran sitios, tal como ella creía que lo eran, y si los vestíbulos eran meros espacios, como ella también creía, ¿qué era entonces el WTC en sí? ¿Una condición, un acontecimiento, un suceso físico, una circunstancia existente y dada de antemano, una presencia, un estado, un conjunto de invariables?”
* Don DeLillo, Jugadores, Bs. As., Seix Barral, 2004 (ed. original 1977), pp. 106, 103 y 60, respectivamente.
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