«El Puntero»: Un engranaje de la política (capitalista)

Sobre la nueva serie El puntero

Una nueva serie se estrenó en Canal 13: El puntero, que retrata la vida de El Gitano (Julio Chavez), quien “maneja gente”, ya sea para el voto, para ir a un acto o para chocar y contener un piquete.

Manteniendo el neocostumbrismo de las series de “el Trece”, se apuesta a reflejar un sector social que, evidentemente, es un buen producto para la industria cultural local (ver los realitys de policías “en acción” en barrios humildes, los de presos y presas; los diarios competidores del Popular y Crónica: Libre y Muy): las clases populares. Y hay un posicionamiento político. Pol-ka presenta así la serie: “En tiempos en los que la marginalidad y la pobreza azotan a la sociedad y la gente cree que los funcionarios no escuchan sus reclamos, entra en acción ‘el puntero’, una pieza fundamental en el engranaje político”. Es claro que realiza una crítica al peronismo, al PJ y al kirchnerismo, en el marco opositor del Grupo Clarín. Esto, por más que busquen despegarse los productores y guionistas (que hablan de “poética naturalista” y de que la serie -¡obviamente!- tiene “una historia de amor muy fuerte”, como dice Suar) y el propio Chavez, que ha dado reportajes a todos los medios (desde Página/12 a La Nación y Perfil[1]), separando la evidente estrategia comercial de sacar un programa de “tintes políticos” en un año electoral de una –para él inexistente- estrategia política: la pelea entre Clarín y el kirchnerismo.

La derecha atacó: La Nación publicó una nota señalando “una arbitrariedad”: “la presencia de un obispo católico de opereta […] distante e insensible, al que los políticos se esfuerzan por servir”. Y agrega: “no hay nada en el programa que aluda al sistema económico que ha facilitado este sistema de dominación política que se recrea. […] las decenas de miles de consumidores argentinos de HBO que mejoraron todos estos años sus vidas con series, como The Sopranos o The Wire, le escaparán a El puntero”. Entonces: defensa de la iglesia (con la excusa de que atentaría a la “crítica del televidente”) y de la privatizaciones de los ‘90, como la Tv por cable. Y Pablo Hecker escribió en El Cronista tras el primer capítulo: “cuando un grupo de personas corta la calle, la policía no interviene tampoco, como en la realidad, porque la protesta no se criminaliza”. Además de la confusión propia de un bruto derechoso –son distintos un piquetero y un puntero-, admite su deseo de que las protestas, en la serie (y también en la realidad), sean reprimidas.

Por su lado, los kirchneristas trataron de “correr por izquierda” a Clarín, aduciendo que la serie es “antipolítica”: sale “cuando la gente cree de nuevo en la política”, “cuando la juventud vuelve a la militancia”. ¡Como si ellos encarnaran la “pureza” de alguna “renovación”! Es puro cinismo este “golpearse el pecho” del kirchnerismo, ya que ellos aprovecharon, desde 2003, toda la red de punteros que (re)lanzó Duhalde tras el estallido de 2001 y aún antes ¿No fueron los punteros del PJ y la UCR –junto a las fuerzas de represión y la iglesia- quienes actuaron para frenar las grandes luchas que reclamaban “trabajo genuino” en Salta, Jujuy y Neuquén en los ’90, con planes y bolsones? Los blogs oficialistas se enojan por la “antipolítica” de Clarín, pero al mismo tiempo reivindican una “política” que de nueva no tiene nada. Dicen: “¿Para qué está la política si no para satisfacer ambiciones personales? El problema es que cuando se satisfacen intereses personales de los de arriba se lo denomina ‘interés nacional’ pero cuando se responde a necesidades de los sectores populares se llama ‘clientelismo’”. Polarizando entre la “ambición” de un sojero y la de alguien que va a un acto por “asistencia retribuida”, se pretende justificar que haya “gente que con su voto premia la construcción de una cloaca o el tendido de agua corriente”. Es decir, manteniendo a los trabajadores en la pobreza, por acción de estos mediadores, los punteros, que administran las necesidades básicas a cuentagotas, mientras los “gestores” kirchneristas encaramados al Estado viven de esta política… tradicional: ganar decenas de miles de pesos en los cargos públicos. ¿Refleja o no la realidad esta serie, la del puntero barrial y la del jefe-intendente millonario-mafioso?

El puntero se deja ver, es dinámica. Tiene una importante producción y un aceptable libreto. Con una historia de amor como “guía” para captar un amplio público, posee referencias muy genéricas que, sin embargo, logran retratar (algo de) nuestra historia reciente y presente. Esto, que es su punto fuerte, “atrayente”, es al mismo tiempo una ¿inevitable? simplificación, que estereotipa. Este “realismo” es más bien una re-presentación de lo que hay –y se conoce- en los barrios más humildes de Provincia y Capital: desocupación, carencias varias y punteros (y su entramado de políticos-toma-y-daca en los municipios). Pero nada de otros fenómenos, instancias y situaciones que son también habituales y se desarrollan allí, como la lucha y la organización solidaria, y también política, de los que menos tienen. ¿Se podría hacer una serie llamada “el piquetero”, “el sindicalista de base” o “el militante de izquierda”? Seguramente no. Ni la derecha ni el kirchnerismo lo harían; o lo harían solo para desvirtuar (atacar y/o utilizar) esas figuras combatientes.


[1] “Desde mi punto de vista, es una ficción casi naif. Soy sumamente ignorante y quizás no me doy cuenta de algo. Yo no estoy involucrado ni interesado en esa lucha. Ni informado. Tengo otros intereses. Me gusta la gente que piensa, que se dedica a pensar y a ser consecuente con lo que piensa, tenga un aliado o ninguno. A mí no me pasa que tenga que elegir entre el Grupo Clarín y el Gobierno. Sería de una enorme pobreza que el programa se hiciera o se interpretase como parte de esa pelea. Te digo más: a este puntero no le da el pinet para ser un corrupto groso. No es un tipo que se terminó de integrar al sistema; es alguien que se quedó a medio camino y lo atropelló un coche” .


17 comentarios on “«El Puntero»: Un engranaje de la política (capitalista)”

  1. moo dice:

    Los blogs oficialistas se enojan por la “antipolítica” de Clarín, pero al mismo tiempo reivindican una “política” que de nueva no tiene nada.
    Primero, mi blog es peronista y segundo, donde en todo mi blog, leiste que reivindico lo que vos decis.
    Saludos

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    • moo: quien acusa -entre otros- una «antipolítica» en Clarín es Gerardo Fernández, del blog «Tirando al medio». De hecho ahí está el link para ir a verlo…

      Por otra parte, podés discutir y criticar con más argumentos acá, y si querés en tu blog (como pasé por varios y no dejaste el URL no sé cuál sos).

      saludos,
      DP

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  2. En principio, es una ficción, una telenovela emitida por el canal de TV abierta más importante del Grupo Clarín, y me parece que es necesario contextualizarlo así para poder analizarlo. No creo que pretenda hacer crítica social ni documentalismo, si fuera así el Grupo no pone una moneda para sacarlo al aire. No lo hacen en el noticiero, ¿por qué habrían de hacerlo en una ficción? Gasoleros (por comparar productos similares) tampoco hacía nada de esto, por eso me parece ocioso pedirle que ahora lo hagan. Hasta mi tía Inés sabe que nada de lo que te muestran en el canal 13 tiene puntos de contacto con la realidad, ni el noticiero ni las ficciones.
    El guión me pareció pobre, dramáticamente no se sostiene ninguna de las situaciones y los diálogos son muy berretas y obvios.
    La puesta en escena, en cambio está en las antípodas de lo que vengo diciendo. Me pareció muy bien filmada, a pesar del sonido a veces pésimo, pero los trabajos de los actores son maravillosos, Rodrigo de la Serna está impagable, el pibe es un genio total. Todos están muy bien.
    No comparto la opinión del post, el «punto fuerte» no está en el retrato de la realidad, que como dije antes, no es el objetivo de la serie y SE NOTA…
    La historia de amor tambien es floja, por lo que se vió hasta ahora.
    Por último, no veo por qué decis que el kirchnerismo no haría una serie sobre militancia o la haría para atacar o desvirtuar a los militantes. Me parece un prejuicio. El intencionalismo (juzgar las intenciones independientemente de lo que se haga) me tiene podrido.

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    • GeneralSusvín: la serie, como entretenimiento, es ni más ni menos que eso: un pasatiempo, una historia que te cuentan. Obvio que hay intencionalidad política, y es lo que digo en el post: el Grupo Clarín hace una crítica al tradicional punterismo de la política burguesa (o capitalista, como prefieras). Incluso cito cómo es posible criticar por derecha la ficción del “trece”, como hacen las opiniones de LaNación y ElCronista.
      Mi post no dice que es “la realidad” lo que muestra la serie, sino que esta re-presentación (es decir, una ficción que toma elementos de la realidad) es lo atrayente o “punto fuerte”: ¿cómo la gente habituada a ver novelas y series se va a perder “la vida en las barriadas”, “la cara oculta de la política”, “lo que nadie muestra”, etc.? Eso es lo que digo que es –o puede ser- atrayente (como producto de la industria cultural), tanto para las clases medias como los trabajadores y sectores populares.

      Que se notan los diversos «registros», sí, eso lo comparto: para mí se ven mucho “las costuras” del libreto: un carril es la parte de la “vida en la barriada”, y otra la historia de amor (cosa que siempre ocurre en las novelas: alguna vez me detuve unos minutos en una novela protagonizada por Natalia Oreiro: era una muchacha empleada doméstica, apocopada. Sin embargo, al momento de hablar de amor con el niño rico de la casa, se exalta, tiene garra, fuerza, agudeza, inteligencia, etc. Todo esto hace –obviamente- al personaje poco creíble). El capítulo 2 de El puntero por ejemplo le dio mucha más bola a las historias sentimentales (amorosas y familiares) que al tema del barrio, donde el único eje fue el tema del paraguayo vendedor de drogas (y acá está de nuevo el “desdoblamiento” –para mí exagerado- del personaje: transa con políticos, con la cana, patotea y se enfrenta… pero dice que la droga en el barrio «es una mierda»; le salta el “humanismo”, etc., cosa que no se condice con las demás caras (o facetas) del personaje).

      Para terminar, la cuestión política: el kirchnerismo efectivamente desvirtúa la política, ya que pasa de reivindicar el “setentismo” (de aquella generación que luchaba por la liberación nacional y social) a proclamar “un país normal”, un “país en serio”, donde los empresarios ganan fortunas y la juventud está llamada (como en aquella nota de Verbtsky del “pequeño Kirchner ilustrado”) a gestionar el Estado (y las empresas donde éste tenga acciones). ¿Acaso esto no es desvirtuar un legado político, el de la generación de los ’60 y ’70, influenciados por la derrota de los yanquis en Vietnam, la revolución cubana y el Cordobazo? Así como el derechoso de ElCronista dice que el piquetero y el puntero son lo mismo, el kirchnerismo dice que el “gestor estatal” (o ministro o diputado) es el equivalente actual de la militancia de hace 30 o 40 años. A eso le llamo yo desvirtuar.
      Así que no va conmigo la acusación de “intencionismo”. ¿Querés más hechos concretos? Tenés por ejemplo los discursos de Cristina contra la acción directa (donde más allá de un “marcarle la cancha” a Moyano hay otro destinatario: el combativo y democrático sindicalismo de base –por algo Tomada salió luego del discurso de José C Paz a despegar a Moyano de los retos presidenciales-); la creación de un ministerio de “seguridad” ante el reclamo de vivienda de los pobres de Soldati (donde la macrista policía Metropolitana reprimió junto a la Federal del gobierno nacional); la represión a los toba-qom por parte de la policía de un gobernador K, Insfrán; las causas a más de 4.000 luchadores obreros, juveniles y populares. ¿Sigo?

      Saludos; disculpas por lo largo, y espero que sigamos los debates.

      DP

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  3. Liyo dice:

    te respondí la crítica que hiciste en

    EL PUNTERO: FICCIÓN EN UN AÑO ELECTORAL


    pero por si no volvés a pasar, copió y pego en el link que dejaste:

    Demian:
    Toda crítica es parcial.
    La parcialidad en este caso es mostrar y especular con la estrategia del Grupo Clarín y no hablar de los punteros (tema por demás complicado como para andar hablando a la ligera)
    De todas formas, leí tu crítica y tampoco habla de los punteros como para que nos hagas ese reclamo a nosotros.

    Respecto a la renovación de la política:
    liyo no es un blog K pero compartimos muchas (la mayoría) de las medidas de este gobierno.
    Y, en este caso hablo sólo por mí, no me caben dudas de que el kirchnerismo renovó la política. Hoy los debates al respecto se desarrollan en todos los ámbitos sin distinción de clase social ni posición política. Eso es una renovación, la quieras ver o no.
    Que cada vez que la presidenta hable públicamente espere buenas noticias y no corralito, flexibilidad laboral o recortes salariales, también es una renovación.
    Igual me gustaría saber qué entendés vos por renovación de la política
    (aventuro que tu respuesta vendrá desde un lugar utópico, lleno de sueños e ideales que distan mucho de la realidad)

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    • Liyo: sí, obvio: toda crítica es parcial (y arbitraria y polémica y política, decía Baudelaire). Pero acá la parcialidad de la que hablo está en criticar sólo una parte del “fenómeno” (la serie del Grupo Clarín), dejando por fuera otras cosas… en particular, la realidad de que los partidos patronales se manejan con punteros.
      Y sí hay “un reclamo” (más bien, una denuncia política) a “ustedes”: la red de punteros fueron fundamentales para contener las luchas de los trabajadores más precarios y desocupados, en los ‘90 como se vio en Sgo del Estero, Salta, Jujuy y Nqn. Cuestión que, a medida que avanzó la crisis del “1 a 1” llegó tb a Rosario-Sta Fe, Cba y Buenos Aires (esto incluso llevó a que el llamado “movimiento piquetero” llegara a adoptar prácticas burocráticas –el “puntaje de asistencia”-, haciendo “corralitos” por organización, en vez de unificar en un solo movimiento a los desocupados que quedaron por fuera de los sindicatos –incluidos los moyanistas, eh-. Los del PTS decidimos entonces no ir “a la fácil” y mantener una militancia paciente y menos “vistosa” dentro de la clase trabajadora ocupada, pensando estratégicamente. Acá podés ver nuestra lectura pos 2001 del movimiento de desocupados: http://ft-ci.org/article.php3?id_article=29?lang=es; http://ft-ci.org/article.php3?id_article=30?lang=es y las relaciones entre ocupados y desocupados en el conurbano http://www.ips.org.ar/wp-content/uploads/2011/03/Territorios-de-sujetos-peligrosos.pdf).
      Pero sí, che, hay un “reclamo” al PJ: la denuncia al clientelismo (punteril) como forma de administrar y contener la pobreza que esta misma casta política (PJ-UCR y demás derechosos como ARI, PRO, etc.) generan.

      Volviendo: la intencionalidad de Clarín está clara, al igual que los defensores del gobierno: decir que “renovación” de la política, etc.
      Entonces, y pasando a este otro punto, el kirchnerismo, Liyo, no hizo nada: lo que cambió el panorama, y lo “renovó”, fueron las luchas de los ’90 (luchas aisladas, de resistencia, pero luchas al fin, en pleno auge del neoliberalismo), tanto de los trabajadores desocupados, de los ocupados, como las de los organismos de DDHH (siempre apoyadas por la izquierda miltante). Y por supuesto el 2001: las asambleas barriales, los piqueteros y las fábricas recuperadas. Todo esto fue lo que hizo que se politizara la situación, y de eso se tuvo que hacer cargo el kirchnerismo (discurseando por izquierda y actuando cada vez más por derecha –fijate los últimos meses los discursos de Cristina-).
      Entonces hagamos también una precisión por lo que decís: no es lo mismo politización que renovación. Renovar la política sería, justamente, que no haya punteros. O que ésta se ejerza libremente –como vos proponés, pero no pasa- entre la clase trabajadora. ¿O me vas a negar que hay dictadura patronal en los establecimientos multinacionales, donde no sólo se impide la discusión política sino también la organización y la lucha? (y acá está el emblematico caso de la lucha de Kraft, donde, al mismo tiempo que las obreras y obreros luchaban contra decenas de despidos, Moyano le hacía un asado en la sede la de CGT a la embajadora yanqui… Sin palabras.)
      Entonces, no propongo ninguna utopía: renovar la política implica no sólo discusiones o discursos, sino una nueva (política). Que para mí es de clase –de y para la clase trabajadora-. No las componendas burguesas del PJ, FpV o la misma CGT orgánica (“columna vertebral” del gobierno) que hay hoy.

      Entonces, “renovación de la política” es que los trabajadores la hagan, y no los “políticos profesionales” o los de la CGT (que también están “profesionalizados” en cuanto a no trabajar y sí calentar los sillones de sus sedes o del Congreso –y hablar para las cámaras, claro-).
      Fijate lo que logramos desde el PTS junto al PO e IS: poner en pie el FIT (http://www.pts.org.ar/spip.php?mot184), junto a los trabajadores del sindicalismo de base, y en Nqn. desde la corriente del Sindicato ceramista (SOECN). Eso es renovar la política: que la hagan ellos mismos.

      Saludos, y que siga el debate.
      Demian

      pd: pego la rta. acá y en mi blog. Sigamos discutiendo en ambos blogs, si querés.

      pd2: otra muestra del sindicalismo de base “renovando la política” es el periódico militante Nuestra Lucha: http://nuestralucha.com.ar/

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      • Liyo dice:

        o sea que todo esto no fue más que para hacer un poco de propaganda troskista? jejeje
        no voy a salir a reivindicar acciones del peronismo que también rechazo ni a quitarles al PTS y otros partidos de izquierda el incuestionable mérito que tuvieron durante la crisis (y siguen teniendo hoy) Ahora, ¿por qué quitarle mérito al gobierno en la situación actual? ¿y si en el poder estuviera Duhalde o Carrió o Rodríguez Saa o Menem o Lopez Murphy? ¿qué pasaría? ¿O vas a sostener que el PO, el PTS o la IS estaban (y están) capacitados para gobernar el país?
        A mi me encanta la revolución también, pero la revolución del pueblo, no la revolución del 2% del padrón electoral. Eso es ego puro. Cientos de personas soñando con ser el Che Guevara más que con hacer un país más igualitario.
        Respecto a los punteros en sí, sostengo que es un tema complejo y mis opiniones no valen demasiado por mi propia ignorancia, pero no creo que todos los punteros sean seres diabólicos. Creo que muchos quieren ayudar y mucha gente tiene mejor calidad de vida gracias a ellos. Después, la corrupción es humana (¿o en el PTS no hay corrupción?)
        Para mi, el error práctico de su izquierda (son los que más me simpatizan debo confesar. El MST, por caso, me genera rechazo)es terminar siendo oposición y nada más
        ¿Cómo podés decir que te da lo mismo este Gobierno que el Grupo Clarín?

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      • Liyo: para empezar, dejame decirte que la posibilidad de que la izquierda “del 2%” gobierne, así, es imposible. Las elecciones en el capitalismo es el peor terreno para los revolucionarios, ya que prima la pasividad de la gente, los millones que gastan los políticos –y que son los millones que salen de la explotación obrera y dan los empresarios a los candidatos- y la atomización de la clase trabajadora (sólo fuerte si se organiza y lucha por objetivos comunes) en individuos-ciudadanos-votantes. Quieren hacernos creer que votando cada 2 o 4 años vamos a cambiar nuestras vidas… y fijate que desde 1983 eso no ha ocurrido –o al menos no ha ocurrido sustancialmente-.
        Los del PTS luchamos por un gobierno obrero y popular, y opinamos que los trabajadores pueden gobernar un país, sin patrones ni políticos “profesionales” (la experiencia de las fábricas recuperadas, y en particular su ala izquierda, Zanon y Brukman, lo demuestran). Pero para eso se necesita persistencia y paciencia… nosotros militamos y luchamos para eso. O sea: no somos electoralistas, no le decimos a nadie que un diputado o presidente le va a cambiar la vida a la gente; sí damos la batalla electoral y, de lograr un cargo, sería una tribuna de agitación política en pos de la movilización extraparlamentaria –es decir: una herramienta más para promover la lucha de clases-. (Además, la utopía de la “vía pacífica al socialismo” quedó claramente expuesta con la derrota del golpe de Pinochet.)
        Otra cosa: me preguntás que pasaría si gobernara “la derecha”. Bueno: pasaría que tendríamos que seguir la lucha en condiciones más difíciles, parecidas a las de los ’90. Pero hoy no sólo en Argentina, sino en el mundo, cambió esa situación: desde 1995 se desarrollaron importantes luchas, desde Francia hasta Corea –pasando por los estallidos en América Latina: Ecuador, Bolivia y nuestro país-. Pero hoy incluso, la derecha está dentro del kirchnerismo: ¿o qué son los Moyano (de la Triple A de Mar del Plata en los ’70) los Boudou (proveniente de la Ucedé y graduado en el CEMA) y Tomada (casi 20 años del hiperburocratizado sindicato Unión Ferroviaria de Pedraza y cía.? Eso para no hablar de la gente de Patti y Aldo Rico; de los gobernadores e intendentes: los Gioja, Insfrán y… ¡menemistas!, que tiene acuerdos con el kirchnerismo. ¿Te parece que vamos hacia un “país igualitario” con los miles de precarizados que había en el ferrocarril? ¿Con el avance de los terratenientes y sus defensores como Insfrán y su policía contra los Qom? ¿Con la burocracia sindical de la CGT que permite que el 40% de los trabajadores esté en negro o precarizado? ¿Con millones ganando menos de 2.000 pesos por mes? Además, si en estos 8 años de kirchnerismo, con el país creciendo a “tasas chinas” no hubo ninguna real y significativa “redistribución de la riqueza” ¿qué podemos esperar los próximos años, cuando, con la crisis económica internacional –mirá España- se agote el crecimiento económico del país?
        A mí no me da lo mismo el kirchnerismo que el grupo Clarin: puedo ver la diferencia entre ambas “corporaciones” (una establecida hace décadas, gobernando como “centro” y hoy con la derecha de LaNación y los sojeros) y la otra una camarilla pequeñoburguesa de abogados y arribistas que quedaron, con al crisis del 2001 y el fracaso de la jugada bonapartista de Duhalde contra los piqueteros, encaramada al poder del Estado. Habiendo continuidades y “cambios” respecto a la década del ’90, sin embargo son gobiernos burgueses, y el de Cristina en particular viene girando a la derecha, como ya comenté antes y acá también…

        Saludos,
        DP

        Pd: eso de que la gente es “naturalmente corrupta” no lo comparto para nada. Da para discutirlo largo y tendido. Pero te resumo algo: hay corrupción si hay posibilidades de corrupción. Y –una vez más- la clase trabajadora (junto a la militancia marxista) demuestra que las cosas se pueden cambiar real y grandemente: en Zanon y las otras 3 fábricas ceramistas, se ha discutido democráticamente y votado un nuevo estatuto del sindicato provincial, donde los cargos son rotativos, no hay posibilidad de reelección y el salario es igual al de un operario de la fábrica. Esto, como una manera –justamente- de que no haya corrupción y burocratización en la dirigencia. Ahí tenés una experiencia reciente (y viva actualmente) para conocer: hay decenas de artículos, ensayos, libros y documentales –incluso internacionales- registrando la gran gesta obrera de Zanon (expropiada a los capitalistas).

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  4. Losa dice:

    Muy buen análisis…
    Y coincido: Me resulta un tanto absurdo oír/leer constantemente que el kirchnerismo «renovó» la política. La resistencia de ciertas agrupaciónes durante el neoliberalismo de los 90 y la crisis del 2001 arrastraron el debate político a la sociedad nuevamente.

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  5. Liyo dice:

    Primero que nada, coincido en muchas cosas con lo que decís,
    pero hay un tono de soberbia tan grande en tu discurso que me veo
    casi obligado a responderte.
    Qué feo eso de referirse a uno mismo como «revolucionario».
    yo respeto demasiado las revoluciones y creo que para poder referirse a uno mismo así
    por lo menos habría que haber participado en al menos una revolución
    ¿o estuviste en África por estos días?
    Me hacés acordar un poco a los publicistas que se refieren a si mismo como «creativos».
    Lo del 2% del padrón no era para hablar de las elecciones sino como reflejo
    del escaso porcentaje de gente que apoyaría su revolución.
    El tema de por qué tan poca gente quiere la revolución es demasiado complejo para explicarlo ahora,
    pero yo les recomendaría que empiecen a ver al «pueblo» en serio y no al «pueblo» del que hablan tantos teóricos.
    Después decís que del 83 acá no cambió nada. Obviamente no estoy de acuerdo.
    Primero, porque cambiaron muchas cosas y segundo porque los procesos históricos siempre fueron largos
    (y si a eso le sumamos que Kirchner asumió en el 2003, hay bastante margen para la revolución todavía)
    ¿O me vas a decir que la revolución rusa empezó en octubre del 1917?
    Después, cuando hablás del fracaso de la utopía de la vía pacífica al socialismo hablando de Allende,
    me parece, además de fascista, de una pobreza lógica remarcable.
    Si todas las bananas están podridas, una de esas banana va a estar podrida,
    pero si una banana está podrida, no todas las bananas tienen que estar podridas.
    Además, con ese criterio, la Unión Soviética es la prueba de que la vía violenta del socialismo
    tampoco funciona.
    Cuando hablás de la derecha kirchnerista te olvidás de Scioli, de la minería abierta, de los negociados con Telefónica,
    entre otras cosas igual de nefastas. Seguramente si ustedes gobernaran esas cosas no pasarían.
    ¿Qué hago? ¿Espero sentando y confío en que, si los astros se alinean y el PTS llega al poder en 50 años
    no se saquen los ojos entre ustedes y se dividan en cientos de facciones del tipo PTS Auténtico o PST y
    esas subdivisiones que tanto les gusta hacer? Tengo la teoría de que eso es puro ego, pero no lo voy a desarrollar ahora.
    Me gusta también cuando te referís al kirchnerismo como «una camarilla pequeñoburguesa de abogados» porque es lo mismo
    que se podría decir de la revolución cubana, de la rusa, de la francesa y de tantas otras.
    Y no estoy para nada de acuerdo con un supuesto giro a la derecha de Cristina, pero como nunca diste argumentos
    para refutar, quedará en eso de mi palabra contra la tuya.

    otra cosa, si usás comillas para referirte a algo que yo dije, por lo menos copiá textual
    yo dije que la corrupción era humana, no natural (palabra con la que discrepo permanentemente)
    Y retomo el comentario de LV ¿no es mucho comparar una fábrica con un país?
    ¿no será un poco naif asumir que al extender el sistema de cientos a millones
    todo va a seguir funcionando de la misma manera, sin corrupción, negligencia, inoperancia, accidentes?

    Aguante Zanon, Fa.Sin, Pat. y también las fábricas recuperadas por el kirchnerismo!
    Saludos.

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    • H.A. (esta rta es sí para vos: la otra era para LV): me considero revolucionario por el mote en sí, sino por la práctica política que tengo: no lucho por modificar el sistema, emparcharlo o “cambiarlo un poquito”, sino por destruirlo. Y camino a eso milito desde los 17 años (tengo 33) en el trotskismo: siendo un joven cartero a fines de los ’90, contra la gente de Moyano (que no quería defender a los compañeros míos peruanos y bolivianos, que trabajaban superexplotados)y la patronal negrera; luego 7 años en Jujuy, tierras del Perro Santillán (quien siempre separó las grandes luchas de los estatales de las de los desocupados –y las del pequeño proletariado industrial que aún queda allí-) y hoy sigo acá en la Capital Federal. No estuve en España ni en el Magreb, pero así milito, organizando la lucha de trabajadores y estudiantes contra el régimen capitalista, y así considero a mi organización y camaradas del PTS y otros países: como revolucionarios.

      (Y no sé a qué viene el tema de los publicitarios: podrás tener la opinión que tengas, pero, en definitiva, algo “crean”: x publicidad. Que no te guste, que tenga una ideología de mierda (machista, patriarcal, pro-consumo, etc. ,etc, etc.) es otra discusión.)

      Por lo del 2% y las elecciones, lo que te digo es que las elecciones justamente son un escenario donde no hay lucha (mucho menos revolución), y por eso, interviniendo en ese escenario, nos preparamos para otra situación, que más pronto que tarde llegará.

      La analogía con las bananas te la dejo, si te sirve; pero no te acepto que soy un ¡”fascista”! Yo sólo constato la gran tragedia del proceso revolucionario chileno de los ’70, donde el gran caudillo Allende frenó todo momento el proceso de organización y lucha de los trabajadores y sectores populares. Podés ver el “clásico” documental de Patricio Gusmán, La batalla de Chile (3 partes), donde se ve clarito cómo Allende respetó siempre a la derecha, quien lo terminó “destituyendo” con Pinochet (mientras el presidente presentaba proyectos de ley la derecha hacía lock out y analizaba y negociaba con los militares…).

      Por otra parte, no tenés que esperar nada del PTS: esta es –somos- una organización de trabajadores, estudiantes e intelectuales militantes inserta en la clase trabajadora y el estudiantado: desde allí impulsamos –cuando las condiciones lo permiten- la organización y la lucha, siempre tratando de que vayan más allá de los límites burgueses que las clases dominantes pretenden que tengan estos procesos.
      Y es así: tenés a los kirchneristas y a Scioli gobernando con/para las grandes empresas; tenés al PTS (una pequeña muestra, como dije en otro comment) junto a los obreros de Zanon expropiando la empresa (que quería cerrar y/o “achicar” personal) y poniéndola a producir bajo control obrero. Incorporando a los desocupados con trabajo y salario digno, y al servicio de lo que ellos llaman “la comunidad” (el pueblo pobre).

      Los K son una camarilla pequeñoburguesa, y se diferencian de los militantes rusos y de las guerrillas cubanas por –una vez más- su práctica y objetivos políticos: los K regentean un Estado capitalista; los bolcheviques tomaron el poder y expropiaron las tierras, las fábrica y los bancos. Y los revolucionarios cubanos echaron a Batista, derrotaron a la dictadura y comenzó un proceso de transformación socialista (aunque sin democracia obrera y campesina en soviets, asambleas u otro organismo de democracia directa).

      Lo del giro a la derecha, bueno: sí te di argumentos. Te dije que vuelvas a las palabras de Cristina: en sus últimos discursos se la pasó despotricando contra la acción directa (cortes, huelgas, movilizaciones). Así que no son tus palabras y las mías: te digo que leas o escuches a las presidenta. Ahí está lo que digo.
      http://www.pts.org.ar/spip.php?article16629

      Incluso Tomada, tras el discurso de José C Paz salió a despegar del «reto» de la presidenta a Moyano, diciendo que era, entre otros, contra el sindicalismo de Karft:
      http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/168095-53570-2011-05-13.html

      Bueno, paremos acá la cosa porque el post era por una serie, y terminamos discutiendo mil cosas de política. Supongo que la seguiremos en otros posts…

      Un saludos respetuoso. Y mis disculpas por haber(te) copiado mal (pero creo que el contenido es el mismo), y por haber sonado pedante, si eso te pareció.

      Demian

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  6. avallay dice:

    Demian: admirio tu dedicación al post y a las respuetas!.
    Como te decía en mi blog, no la vi y no creo que lo haga, por tiempo básicamente. Peor como bien decis en unas de las respuestas es una serie de entretenimiento: el que quiera dirá «mirá estos peronistas hijos de puta» y otro «ah pero mirá la vida del tipo» y otro «eso no lo cree nadie»; pienso que la serie no le va a cambiar el modo de ver a nadie, poruqe las ideas están arraigadas en cada uno. Y si mañana para Clarín tuviera onda hacer una serie con la vida de un delegado «clasista» la hace y le pone «el zurdo» con Alejandro Awada y el papel de la mina mmmm ya se Valentina Bassi.
    Salute!
    Avallay

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    • Ja, ja! Tenés razón, Avallay. Pero igual sería un arma de doble filo para Clarín -y para el kirchnerismo también- ponerse a «reflejar» cosas como la vida de un delegado clasista. No obstante en una de Telefé se mostró el tema de los aborígenes e incluso la asamblea y un toma de trabajadores…
      En fin, interpretaciones y lecturas hay muchas; y siguen. Hoy, por ejemplo, en Miradas al sur salió otra crítica, en la misma tónica que los blogs que comenté: decir que «es un golpe a la militancia toda, de cualquier color»… Bueno, no sé: no me parece una crítica muy sustanciosa, además de que es mentira que «los rojos» tengamos «punteros» (o no al menos los del PTS). La crítica -repetida hasta el hartazgo- de la «antipolítica» de El puntero me parece demasiado amplia, «abarcativa», por lo que no termina de criticar nada.
      Y más: ahora estoy pensando que incluso al Grupo Clarín hay cosas que «se le escapan»: ahí lo tenés al «zarpado» personaje que interpreta De la Serna, y que dijo en el capítulo del miércoles pasado, al recibir una reprimenda por haber choreado un depósito de medicamentos: «Pero Gitano, si yo hice lo que vos mismo decís: que estamos postergados, que tenemos necesidades, que nadie nos da bola…». Esto, digo, es una suerte de reivindicación (o al menos una muestra) de la acción directa (es decir, el pibe como que rompe, sin querer, el mecanismo de «goteo» de asistencia del intendente, que «le baja» al puntero para las elecciones). Acción directa que no le conviene ni al Grupo Clarín, ni al gobierno nacional (que desde que llegó en 2003 dijo querer «un país en serio, un país normal»).

      saludos,
      Demian

      pd: se agradece el elogio por la dedicación a las respuestas. Considero (yo, así como todos mis compañeros y compañeras troskos/as) que vale la pena pensar, intercambiar y debatir entre nosotros, y fundamentalmente con el resto de la blogósfera política. La peronista, la K y la progre especialmente…

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  7. […] alcanzaron para que Cabandié sacara una buena cantidad de votos-, y piden más unidades básicas y punteros, pasando por los intelectuales (Forster, González) que se pronunciaron tibiamente, hasta los que, […]

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  8. gonzalo dice:

    En que barrio se hiso el puntero ?

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  9. Churito dice:

    Liyo y Demian: la discusión no era sobre el puntero? es divertido leer cómo terminan debatiendo sobre kirchnerismo e izquierda. igualmente, bien por la discusión.

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